jueves, 3 de junio de 2010

Ayer.

Ayer paso sin llegar a ser el mañana del día anterior,
ni tan siquiera el reloj pudo acompasar su goteo incesante
con el paso del astro, nada se detuvo, no......
El caso es que todo fue nada y las cosas fueron insustanciales,
la vida no era vida y los cuerpos envases de contenido caducado,
agrio, sin aroma aparente, pero pestilente en su forma.
Hoy se presenta como ayer literal y mañana transcurrirá
el hoy presente, yo por si acaso eh adelantado mi reloj........cien años.

Otoño "forever".


Tarde sepia cargada de sollozos,
callejuelas de imágenes congeladas, distorsionadas.
Los arboles se inclinan besando el adoquín,
y un banco enmohecido guarda el recorte de su sombra.
Enmarañado en un soplo otoñal decadente,
que puntualmente cae sobre tu barba plateada,
te distrae de esa farola caleidoscópica,
acariciando tus oídos con melodías discordantes.
Así transcurren eternamente su sombra, la farola,
los adoquines, y el banco acunados
por los sollozos de una tarde sepia.