jueves, 17 de junio de 2010

El 22 errático.

Tu indiferencia me nombra, y tu ser ya no me pronuncia.

La ausencia de tu cuerpo difumina aún más mi sombra.
Ya no encuentro divertimento en tus hombros babilónicos,
donde antaño reposaban ensortijados jardines color oro.
La profundidad mermada de tus cómplices miradas,
ya no son estaciones acompasadas……..
Solo son inviernos amurallados,
escarpados,
gélidos,
infranqueables.
El errante insensato, el capicúa, el veintidós,
muere porque siente,
ensombrecido,
intoxicado,
desterrado… Ya no errático.