Inexorablemente muero sin haber conocido el suspiro de ese corazón.Dependo del trazo directo del nogal en flor, hallado en los profundos
azules de un mar inconquistable.
La profundidad adquirida en mis palabras no es otra que la magnificencia
del silencio invernando en nuestros oídos; el verso de tu voz me es indiferente,
la tonalidad armoniosa y modulada del empalagoso néctar de tus labios se manifiesta
onírico y aun así, amo el estruendo de tu risa... La versatilidad de tus gestos...
La sensualidad rebelde del azabache que al viento se opone... El azul que todo lo cubre y todo lo estremece. Recreo tus labios… Acompasados en un todo unificado, que presentes en mi cobijen mis destellos melancólicos.
Mi silencio, en complicidad con el cálido torrente que fluye a tu vientre, harán el resto, susurrando todo aquello que convulsione el miembro que adormecido espera el roce de mi mano.
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Te he leído con los compases de Lito Vitale sonando, un tema llamado Vals del cordón umbilical...y de repente he pensado que un sonido parecido podría tener el suspirar de ese corazón...
ResponderEliminarComo siempre destaco algo que me pareció hermosísimo..."silencio invernando en nuestros oídos; el verso de tu voz me es indiferente"...
Besos
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarBohemia:
ResponderEliminarEn negrita!!! ok y es verdad, me pasa quizas de no encontrar esa palabra que defina eso que tengo en la retina, la por vos usada es perfecta, gracias estimada.
Lady:
El mar nunca es el mismo, su profundidad es la cualidad que la hace irreconocible...quin sabe.
Dueles... con toda palabra y con todo el silencio. (Mi silencio). Acá sólo se escuchan las olas, y el amor que va al abismo. Adieu.
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